
Recreación ficticia
-¡Soy Juanjo, ¿Estás ocupado?-, escuché nada más descolgar el teléfono. -¡Si pero tranquilo. Estoy ocupado “ocupándome” de un excepcional pincho de tortilla donde Cristina, así que si vienes, también nos ocuparemos de un par de vinos. Aquí te espero!- le respondí. En menos de lo que tarda un hambriento, deseoso de tregua en su dieta, de un especial con bonito, apareció el portador de demandas de última hora. -¡ Nacho, he leído tus artículos que están publicando referente al puerto de Colindres y he pensado que, llegando la fiesta de San Ginés, sería interesante hacer un homenaje a nuestros hombres de la mar y…!-. Como decía la abuela Juana, “cuando el tonto va al mercado de todo se enamora” y yo he de reconocer, que siéndolo mucho, solo necesito que me den un fa, para ponerme a cantar. Aceptado el reto, solo quedaba decidir un tema que fuese suficientemente honroso para alcanzar el objetivo del artículo y que el tiempo y los medios para documentarse lo permitiesen. La motivación y un estomago aplacado, me ayudaron a plantear una pregunta inocente: -¿Por qué la Cofradía de Pescadores de Colindres lleva el nombre de San Ginés y desde cuando?. Tras unos segundos, Juanjo rompió el silencio con una jocosa exclamación. -¡ Pues porque es el patrón de los marineros y será desde siempre !- me respondió. -¿ Entonces la Virgen del Carmen…?- fue mi nueva pregunta. -¡ Ahí me has pillado !. Se me ocurrió que tal vez nuestro desconocimiento pudiese ser más común de lo que en principio pudiera parecer. Y decidimos hacer una prueba. Esta consistiría en preguntar a los parroquianos que en ese momento se encontraban en el “Doblos” y el resultado fue esclarecedor; nadie podía afirmar nada pues todo eran conjeturas y creencias. A cada ¡no lo se!, se correspondía una respuesta variopinta y creativa. -¡ Pues mi marido es marinero y seguro que lo sabe!- dijo una señora que por extensión, creería que un seguidor del Athletic de Bilbao, por el simple hecho de serlo, debe conocer vida y memoria de San Mamés, aunque se venere como patrón en 41 poblaciones españolas pero en ninguna del País Vasco. Pensamos y así decidimos que ya teníamos tema para la investigación y el postrero artículo.
Lo primero fue acudir a la fuente de toda la información y desinformación, buscando la relación entre el pueblo y el santo, descubriendo que si ponemos San Ginés y Colindres aparecen mil alusiones a la fiesta que, desde 2014, se ha erigido con fuerza como una de las más multitudinarias y activas de la comarca del Asón, pero no a su santo. Había que atinar más y aproximarse al término cofradía, apareciendo como respuesta en primera instancia la sacra de Cartagena, con una antigüedad de más de 100 años y centrandose más en cofradía de pescadores, surgió la de Arrecife, en la isla de Lanzarote. Aquello no parecía que fuese tal fácil ni evidente. Tras varias horas de infructuosa búsqueda en internet, desechando infundadas aseveraciones y desacreditadas anécdotas, como que el nombre se recibe por un acto de guerra producido el día del santo en Colindres, o que la cofradía de San Ginés tiene su origen en el siglo XVIII. Todo un laberinto que me alejaba de la respuesta a una pregunta sencilla.
A estas alturas algún avezado lector habrá pensado cuál sería la causa por la que no me presenté en la propia cofradía para preguntarlo directamente. La hora a la que llegué a esa conclusión y la lluvia me aconsejaron dejarlo para la mañana siguiente, retrasándose finalmente mi visita por dos días. Como en otros ámbitos de la vida, quien pregunta debe estar preparado para recibir una respuesta, incluso distinta de aquella que espera y eso exige conocimiento previo, perspectiva, objetividad y altas dosis de respeto. Hay ciertas preguntas que solo se deben formular cuando uno está seguro de la respuesta que va a recibir. Por ello, los dos días siguientes y parte de sus respectivas noches las dediqué a revisar algunos libros que por casa había, incluso el último y reciente publicado por la editorial de la Universidad de Cantabria. Empezaba a encontrar piezas de un puzle que no encajaban como los diversos San Ginés existentes, su vinculación con Colindres y sobre todo con el sector pesquero.
A la mañana siguiente tras la visita obligada a la biblioteca municipal me dirigí a la cofradía de la que poco nuevo pude obtener, salvo curiosidad y simpatía. Me llamó la atención el escudo que sobre en relieve policromado que se haya en la fachada del edificio, con un santo mostrándonos un libro, pero no le di mayor importancia. Pensé que en la web de la Asociación Falgote podría encontrar un cabo al que agarrarse como quien siente que se está ahogando, pues estaban publicadas las actas de la Cofradía de Pescadores desde 1906. Y el cabo me lo echó el amigo Luis Pérez, que como siempre, al quite, me dirigió hasta el acta concreta, fechada en el cuatro de diciembre de 1944 en la que se daba “cumplimiento a lo dispuesto en la Orden del Ministerio de Trabajo del treinta y uno de marzo de 1944, referente a anteposición de Pósitos y Cofradías de Pescadores en la Organización Sindical”. Desde este momento, tal y como figura en el acta, “se adopta para esté Pósito el nombre de Cofradía bajo la advocación de San Ginés, denominándose en lo sucesivo Cofradía de Pescadores de San Ginés de Colindres” (Cita Literal). Esto despejó unas cuantas dudas respecto al momento en el que la cofradía adopta el nombre del santo y me insufló nuevos ánimos.
Algunas de las principales causas que dieron en la constitución del gremio de pescadores de Colindres se desencadenan con el declive de la construcción naval en el astillero de Falgote lo que desplazó un importante sector de la población hacia la pesca, en un momento en el que se debilitaba la jurisprudencia marítima de Laredo y su puerto presentaba dificultades físicas por el progresivo aterramiento. El Gremio se considera creado en 1783 (aprobación de sus ordenanzas), bajo la advocación de la Virgen del Carmen, el último de los cabildos de mareantes constituido ya en la época moderna en el Corregimiento de las Cuatro Villas de la Costa (San Vicente de la Barquera, Castro Urdiales, Santander y Laredo) establecidos estos en la Edad Media. No obstante, dada la escasa documentación existente al respecto, deja abierto el criterio interpretativo. Así, los historiadores Baldomero Brígido Gabiola y Javier Ortiz Real entienden como documentada la Cofradía de Colindres en 1754 ( Brígido Gabiola y Ortiz Real, Historia de Colindres, pp 72-73). Con independencia de que se trate de una fecha u otra, el gremio llegó cuando en toda Europa, la liberalización de la economía proponía medidas en contra de los gremios y cofradías. El objeto de los gremios era el complejo y englobaba funciones de reglamentación y ordenación en el ejercicio de la profesión, asistencia y auxilio social, así como actividades piadosas derivadas del profundo sentimiento religioso que en el momento se profesaba. La supresión por iniciativa gubernamental de los gremios marítimos supuso la extinción del Gremio de Pescadores de Colindres en 1864, reorganizándose y adaptándose a la normativa en vigor años después, constituyendo en enero de 1900 la Sociedad Unión Marinera. Esta se transformó en diciembre de 1925 en Pósito de Pescadores Unión Marinera de Colindres, lo que les permitía acceder a subvenciones, prestamos en condiciones ventajosas y exenciones tributarias. La incorporación de estas organizaciones al organigrama sindical, considerándolas de derecho público, llevo al Pósito de Pescadores Unión Marinera a conformarse como Cofradía de Pescadores de San Ginés, en 1944. (Acta de la cofradía de cuatro de diciembre de 1944, folios 22r.-22v.)
Quedaba resuelta la duda de cuándo comenzó a estar bajo la advocación de San Ginés la Cofradía de Pescadores de Colindres y no contravenía un criterio muy extendido entre los encuestados, que tenía que ver con la celebración de las fiestas gremiales. Efectivamente, la Cofradía había nacido bajo la advocación de la Virgen del Carmen y la celebración de las fiestas coincidía en plena campaña de pesca de bonito por lo que decidieron trasladar la celebración de la fiesta marinera al patrón de la cofradía, siendo esta el 25 de agosto, más próxima al final de la costera. Pero esta, sin duda, no es la causa por la que en el periodo de más de 200 años había evolucionado tanto del original gremio de pescadores a la actual cofradía y de la advocación de la Virgen del Carmen a la de San Ginés. La fiesta fiesta y el santo santo.
Aun quedaban dos dudas pendientes y estas eran la causa por la que se inclinaron por el santo y si vinculación con el pueblo. Los tres días de incesante investigación por archivos, libros y documentos me llevaron a dudar incluso de qué San Ginés se trataba pues en primera instancia la búsqueda aportaba varios entre los que destacaban de Arlés, Clermont, Fontenelle, de la Jara y de Roma. Nuevamente la imprecisión en la documentación me llevaba a callejones sin salida y la inspiración que me negaba la red de redes me lo iba a ofrecer otro ilustre del pueblo. En su garaje etnográfico, entre antiguos útiles de carpintería perfectamente clasificados, tras mostrarle mis dudas y razonamientos, Fermín Vasallo cogió las llaves de la casa parroquial e invitándome a seguirle me ofreció ver al santo y revisar el inventario de bienes muebles que él mismo había redactado hacía años para la parroquia de Colindres. A los pies de la imagen, contemplándolo entendí y disipé mis dudas. La talla sobre el santo que se especula, perteneció a la desaparecida Ermita de San Ginés, en Colindres de abajo, allá por los siglos XVI y XVII. Esta se debió situar próxima la de la Magdalena, en el entorno que los oriundos y mayores del lugar conocieron por la Alameduca de San Ginés. La imagen policromada con una altura de 1,06 metros, elevaba con la mano derecha una pluma y sobre la izquierda mostraba un libro abierto, sobre el que registra y deja constancia de lo que ocurre. Y así como Ginés de Roma, actor romano del siglo III, cuyo martirio y santificación le llevó a ser considerado patrón de Arrecife (Lanzarote), Sangenjo (Pontevedra) y Ginés ( Sevilla) y reverenciado como patrón por humoristas, cómicos, actores, abogados, epilépticos, músicos y taquigrafístas, el San Ginés de Arles, fue notario militar de los archivos judiciales y secretario del magistrado romano en Arlés, que negándose a registrar el decreto de persecución contra los cristianos, huyó y fue dado muerte junto al Rodena sin llegar a ser bautizado previamente, siendo honrado como patrono de escribanos, notarios y secretarios. Su imagen tradicionalmente se refuerza desde entonces mediante una pluma y unas tablillas o libros de registro. En ese momento me vino a la mente el escudo de la cofradía sobre la fachada.
Observando cómo las estructuras de gobierno de los originales gremios de mareantes y pescadores se basaban en los propios gobiernos de concejos castellanos, y considerando la importancia del registro de cuanto sucedía, los apuntes contables y la repercusión que el control de las ordenanzas, decisiones y valores dinerarios tenían sobre la gestión de la propia cofradía, parece obvio que el de Arlés, al mostranos su libro de registro, nos ofrece respuesta a la causa de la advocación. Ya teníamos la causa y el vínculo.
Su presencia en la ermita de Colindres y el patronazgo de secretarios y notarios podrían haber sido la escusa perfecta para la decisión adoptada que en 1944 llevó a convertir el Pósito de Pescadores Unión Marinera en la Cofradía de San Ginés de Colindres.
